Aceites Saludables, para Belleza,
Naturales y Sintéticos

Aceite de Granada

La granada es una fruta muy especial que tiene una gran cantidad de nutrientes y una capacidad antioxidante muy envidiada. Además, también es rico en ácido punírico (Conocido como Omega 5). Esta sustancia se encarga de alejar el estrés oxidativo y el envejecimiento que pueda llegar a sufrir el cuerpo.

En la semilla de la granada se encuentra una concentración de antioxidantes todavía superior. De esta semilla extraemos el famoso aceite de granada.
Antes de empezar a hablar sobre sus ventajas es muy interesante que sepas que no todos los aceites de granada se pueden beber… solo sin han sido diseñados específicamente para ello.

Granada photo

Propiedades del aceite de granada

Para la salud

Este aceite tiene propiedades antioxidades y antiinflamatorias por lo que se puede aplicar por heridas leves y veremos cómo se acelera el proceso de cicatrización.
Además, también es capaz de equilibrar los niveles de glucosa del cuerpo por lo que es una buena mejora para la diabetes.
Además, también nos ayuda a reducir la obesidad y a reducir la hipertensión arterial.

Se considera un buen tratamiento contra el cáncer de mama evitando que se puedan extender a otra parte del cuerpo. También funciona como tratamiento preventivo antes de que pueda llegar a producirse en el cuerpo.

Entre otra de sus funciones tiene como objetivo reducir la placa dental y proteger la piel de los rayos ultravioletas.

Aunque todavía no se sabe con certeza si es efectivo, lo cierto es que puede servir como un tratamiento efectivo contra el Alzheimer y la osteoartritis. Además, también mejora la actividad de los fármacos como las estatinas e inhibe la oxidación del ADN.
Un aceite muy especial con una gran cantidad de ventajas que ofrecer.

Aceite de granada para la cara

Hay muchas cremas y mascarillas en el mercado de aceite de granada que están pensadas para poder aplicarlas sobre la zona facial. Es muy importante que sepas que este tipo de aceite no se debe de utilizar nunca directamente sobre la piel (como casi ningún otro).
La razón es que la composición del aceite, de por si, puede llegar a ser algo abrasante. Si no vas a crear una mascarilla siempre puedes diluirlo con agua y tan solo añadir unas cuantas gotas. De esta forma conseguiremos hacer una buena limpieza de cutis y hacer que nuestra piel pueda brillar como el primer día.

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